sábado, 16 de julio de 2011

Diálogo en la oscuridad

Espectáculos Clarín


La muestra se inaugura hoy en el Centro Cultural Konex. Una propuesta para agudizar los sentidos y ponerse en el lugar del otro. Estará hasta finales de agosto.


En tiempos donde la imagen todo lo acapara; cuando el mensaje que circula es que sólo la belleza (si es que se puede estandarizar ese concepto) es lo que cuenta, donde el envase es más importante que el contenido, Diálogo en la oscuridad viene a desestructurar a todos los visitantes. Porque pese a que la vedette de turno sea más referente que un docente a nivel mediático, que el prime time de la televisión sea para un grupo de caras bonitas, y no para un científico, esta muestra invita a todos a romper incluso con nuestros propios prejuicios.
Pese a lo que uno podía imaginar antes del ingreso, estar una hora a oscuras, no solo genera sensaciones de comprensión para con aquellos que no pueden ver, sino que también dispara de forma latente un conocimiento mayor sobre uno mismo. El resto de los sentidos, dejados de lado en una sociedad profundamente visual, comienzan poco a poco a ganarse su lugar para llegar al último trayecto del camino con la sensación de que uno se ha redescubierto.
Esta muestra, iniciada en 1988 en Frankfurt, Alemania, y que ya ha sido visitada por más de 6 millones de personas, está por primera vez en la Argentina. En principio, durante todo julio y agosto, el Centro Cultural Konex (Sarmiento 3131) albergará un espacio insoslayable para todos aquellos que deseen vivenciar sensaciones nuevas.
Acompañados por un guía ciego, el grupo –que nunca es superior a ocho personas- inicia su trayecto para atravesar en diferentes salas, sensaciones disímiles, pero siempre con un mismo leitmotiv. Por un lado, el de experimentar de manera acotada diferentes instancias que en la vida diaria cruzan a un no vidente. Y por el otro, potenciar los otros sentidos, con la audición como uno de los que toman la posta que deja la vista.
Uno de los aspectos más interesantes de la muestra, es que por todos los países a través de los cuales va pasando, los guías que acompañan a los visitantes, son del lugar que recibe la exposición. Esto no sólo es para darle mayor sentido de cercanía a la visita, sino también para que estos guías –en muchos casos- se (re) inserten en el mercado laboral, además de fortalecer su autoestima al reconstruir en esa hora su rol dentro del entramado social.
Diálogo marca un antes y un después para el visitante. Y si uno no abunda en los detalles, es debido a que sería estropear las sorpresas. El Konex recibe a una muestra para ir y repensarse a uno y su contexto.